Es interesante percatarse de cómo a veces crees que conseguiste el trabajo de tu vida y que estás haciendo exactamente lo que siempre pensaste que querías hacer, y cómo una experiencia marina puede cambiar todo. Hay ocasiones en que tan sólo un segundo logra transformar por completo nuestras vidas.
Los océanos son muy valiosos en nuestras vidas, muchas personas desconocen la importancia de nuestro planeta agua. ¡Sí!, leíste bien, hablamos del planeta agua ya que el 71% de nuestro hogar es agua. No es necesario ser biólogo marino, oceanógrafo o vivir cerca del mar para querer trabajar en un planeta agua más saludable.
Este es el ejemplo de las fundadoras de OceanMar Project, organización compuesta por dos buceadoras latinoamericanas amantes del océano, quienes a través del buceo se enamoraron del mar y, aun teniendo una profesión totalmente diferente, enfocan sus energías a la protección del mundo marino, investigando, haciendo cursos y, por supuesto, con este gran proyecto llamado OceanMar Project.

Nathalie es una mercadóloga venezolana, amante del agua en todas sus versiones azules.
“Me encantan las playas, los lagos, los ríos y las piscinas que han sido unos de mis lugares favoritos desde los dos años, cuando comencé a nadar. Este amor se volvió aún más intenso cuando buceé por primera vez, en 2019, durante mi open water en Australia, y el interés y la necesidad de aprender más del océano comenzó a crecer. La sensación de tranquilidad que me dio el océano no la había sentido jamás.
Cuando fui a la Gran barrera de coral, un lugar mágico, me perdía en los arrecifes y en su biodiversidad, había momentos en los que no sabía hacia dónde mirar. De repente me di cuenta de que todos esos colores hermosos terminan en algunos puntos y comienza a haber millones de “montañas” blancas. Sí, en ese momento no sabía que los corales eran animales!
Sólo puedes pensar ¿qué ocurrió acá? Estudiando, pude darme cuenta de la problemática que existe en estos ecosistemas y como nosotros influenciamos su blanqueamiento.
Mientras más buceaba, más me enamoraba de este nuevo mundo, sin embargo también noté que muchos buzos no lo protegen. Tuve dos experiencias donde me quedó muy clara esta problemática. En una inmersión mi dive master me dio una conchita de “recuerdo”, en ese momento sólo pensé en ¿por qué me da esto?, y lo devolví a donde debía estar.
En otra ocasión íbamos a ver un caballito de mar que siempre se había encontrado en el mismo lugar durante varios años, cuando llegamos, no conseguimos mirar al pequeño pez, pues ya no estaba. Al salir del agua me comentaron que muchos buzos llevan bolsas de plástico para capturar especies o simplemente las meten en su BCD (chaleco) para luego ponerlas en sus peceras, y que pensaban que este podría ser el caso del caballito de mar que queríamos ver. Si un buzo, preparado, que ya conoció este mundo no lo cuida, ¿cómo lo van a hacer todas esas personas que nunca han vivido esta experiencia? ¿cómo van a proteger ese mundo que aún conoces? y ¿cómo van a saber que sus actos tienen consecuencias en el océano?”

Mariana es una ingeniera mexicana, que nació con la pregunta “¿cómo funciona esto?” en la cabeza.
“En 2019 hice un viaje de 5 meses por el sureste asiático, donde tuve la oportunidad de iniciarme en el buceo, y desde el primer segundo bajo el agua me di cuenta que el mar era ‘mi lugar’. La experiencia de esa primera vez en las profundidades del océano le dio la vuelta completa a mi viaje y a mi vida.
Continué con los cursos de Open Water y Advanced; hice un voluntariado en conservación de corales marinos en Malasia, y aproximadamente 75 inmersiones en esos 5 meses; también tomé clases online de ecología marina y oceanografía entre otros, lo que le dio un giro a mi cabeza de ingeniera, de modo que de preguntarme ¿cómo funcionan las máquinas?”ahora me cuestiono ¿cómo funciona esta máquina natural perfecta (el océano)?.
Cada inmersión en el mar me enamoraba más, pero también me mostraba las necesidades de protegerlo, sobre todo al ver a tanta gente usando bloqueadores tóxicos y encontrarme una gran cantidad de basura (tuve la oportunidad de realizar una limpieza de playa de unas 2 horas con aproximadamente 20 personas, juntamos 50 kg de desechos).
Una situación que me impactó fue el ver a un buzo con sidemount (los tanques van a los lados y no en la espalda, lo que me indicó que no era principiante) acostado en un coral para tomar una foto de una mantarraya en una zona de limpieza.
Después de mucho meditar me di cuenta de que el problema es la falta de conocimiento ( hay muchas cosas que yo tampoco sabía y me hubiera gustado saber antes) de lo maravilloso que es el mar y de lo mucho que lo dañamos.”
Un día durante la cuarentena hablábamos acerca de la acidificación de los océanos y que debíamos hacer algo. Nunca pensamos que esa llamada de 1 hora, buscándole nombre al proyecto de nuestros sueños, se convertiría en 4 llamadas de 2 horas semanales y noches trabajando por nuestro nuevo bebé. Ese día juntamos nuestro amor por el océano y decidimos crear algo para protegerlo aunque estemos lejos de él.
Tenemos como objetivo, fomentar la conciencia ambiental, enfocándonos en el cuidado y la protección del océano, su fauna y su flora.
Somos fieles creyentes de que sólo una persona que conoce lo que tiene lo cuidará. Por eso ponemos tanto énfasis en la educación y la conservación a través de la fascinación.
“Al final sólo conservaremos lo que amamos, amarémos solamente lo que entendamos, entenderémos sólo lo que nos enseñen.”
Baba Dioum