La isla Gorgona sigue siendo un destino maravilloso, típico del Pacifico colombiano: lluvioso, denso bosque húmedo, fauna marina de gran tamaño y una cultura que se mueve a un ritmo diferente.

Fuimos a explorar Gorgona y regresamos con una buena imagen del parque. No ha cambiado mucho la isla. Tanto así que el mismo funcionario que me toco allá en el 1996 cuando la visite como Guardaparque Voluntario aún estaba ahí, dando la charla de bienvenida. El poblado tiene unas cuantas nuevas casas más, pero sigue prácticamente igual. Los basiliscos o Jesucristo (Basiliscus galeritus) aun abundan – no sé qué tan bueno sea esto pues es una especie introducida. Eso fue reconfortante pues indica que se ha conservado su hermoso patrimonio natural terrestre.

Sobre el agua, Gorgona sigue sorprendiendo. La bienvenida nos la dio una ballena jorobada o yubarta (Megaptera novaeangliae). Estos mamíferos marinos nos acompañaron todo el fin de semana. El delfín moteado pantropical (Stenella Attenuata) también se hizo presente; dos o tres grupos de 10 a 15 individuos fueron observados durante el fin de semana.
Bajo el agua, Gorgona nunca decepciona. Tan pronto como nos sumergimos en las aguas de esta isla, logramos ver tortuga verde (Chelonia mydas), tiburón aletiblanco (Triaenodon obesus), cardúmenes de pargos, un sin número de morenas verdes (Gymnothorax castaneus), jureles, un muy amigable mero gigante (Epinephelus itajara), pejepuerco coche (Balistes polylepis), barracudas y muchos animales más. Hasta un pez vela vimos nadar alrededor del barco.

De mis animales favoritos, solo vi unos cuantos corales ramificados del genero Pocillopora spp y Pavona spp, los géneros más abundantes de la isla. Esto porque los arrecifes de coral de Gorgona están protegidos y el buceo en ellos es restringido. ¡Buena cosa!
Los buzos salieron sin lugar a dudas muy contentos. Aunque la visibilidad no estuvo del todo bien, unos 3-4 metros en la mayoría de los buceos, la fauna marina que se puede apreciar en esta isla es muy atractiva. Sin lugar a dudas un buen representante de la belleza de nuestro Pacífico colombiano.

De Gorgona me traje la satisfacción de saber que el parque está bien conservado; la tranquilidad de que su fauna es aún muy rica en diversidad y tamaño; y, la evidencia de que la isla sigue siendo un excelente destino para que quienes se inician en el buceo descubran las maravillas del mundo submarino. En un próximo blog sabremos si la isla llenó las expectativas de los buzos que se certificaron.

Gracias a la familia Arrecifes del Pacífico por haberme llevado con ellos en este viaje y a la tripulación de la embarcación Maria Patricia por su hospitalidad. Pa´cuando y a donde es el próximo viaje?