Por Sandra de Jesus Uribe
PADI Open Water Diver e Ingeniera en Alimentos
Cuando sueñas con algunas cosas y las tienes en frente es difícil de creer que estén ocurriendo, esa fue mi sensación.
Como les contaba anteriormente soñaba con bucear algún día, cuando? No sabía exactamente, simplemente lo soñaba, pero cuando me enfrenté a mis primeras clases de buceo pensé que el temor me ganaría, aprender a usar el equipo, regulador y demás no fue fácil pero ya estaba allí; Gorgona? Sí era Gorgona la que trae al pensamiento de muchos ballenas o una antigua prisión; para mí era diferente, era el lugar donde presentaría mis pruebas para certificarme como buzo open water diver, pero no era solo eso, era enfrentarme a lo contradictorio de alcanzar un sueño pero también enfrentar el miedo de sumergirme en aguas abiertas a una profundidad mayor de la que había tenido en la piscina con lo que imaginaba por estar en el océano Pacífico, unas aguas muy turbias con escaza visibilidad, pensar en quienes hace poco tiempo se habían perdido aumentaba mis temores.
Mis ojos se abrieron a un mundo nuevo, quería ver todos los animales marinos que estaban a mi alrededor colores, tamaños y formas diversos eran más de lo que podía esperar.
Y llegó el día, la reunión para planear la inmersión de la que conocería en experiencia propia su importancia y por qué no sumergirse sin la adecuada planeación. Alistar el equipo, realizar los chequeos respectivos, el bote etc. era importante recordar todos los detalles de la formación, el tiempo pasó y cuando menos lo pensé a la cuenta de tres todos al agua.
La primera inmersión era un hecho, mis ojos se abrieron a un mundo nuevo, quería ver todos los animales marinos que estaban a mi alrededor colores, tamaños y formas diversos eran más de lo que podía esperar; estaba fascinada valió la pena prepararme en todos los aspectos como lo había mencionado espiritual, física y mentalmente para enfrentar el miedo.

El momento para entender la importancia de la planeación antes de la inmersión y la preparación no se hicieron esperar, recuerdo que la instrucción que todos recibimos fue clara “no se prendan de la cuerda que está sujeta a la boya porque no está anclada y se puede correr” era muy clara la instrucción ¿por qué no se siguió al pie de la letra? era clara la instrucción, el no atenderla ocasionó sumado a la poca visibilidad que había en ese momento por la baja en la marea que cuando llegara el momento en que mi compañero y yo descendiéramos lo único que tuviéramos visible fuera las burbujas de alguien del grupo, descendimos y para nuestra sorpresa había alguien del grupo sólo, ¿un buzo solo? por supuesto no de mis compañeros para certificación y mucho menos nuestro instructor; él había perdido su sistema de trabajo como compañeros, su compañero ya no estaba el cual nos han indicado hasta el cansancio se debe realizar, mi compañero y yo recordamos lo planeado y en conjunto con el tercer compañero empezamos con las señales respectivas, el conteo del tiempo, parada de seguridad y de nuevo a la superficie, eso fue lo acordado en la reunión pre inmersión, ¡¡ah importante, muy importante!!! ya lo sé por la experiencia. Que bien se sintió cumplir lo acordado y encontrarnos allí con nuestro instructor Phanor Montoya, era un trabajo de equipo que genera algo tan importante como la confianza que necesitas para animarte a descender nuevamente a explorar el mundo subacuático.
El mundo subacuático…. hermoso, fascinante pero merece todo respeto en todo sentido; el respeto por la flora, fauna, el hábitat de muchas especies y el auto-cuidado que debemos tener para su exploración deben estar en equilibrio.
Cada inmersión continuó siendo especial al tener la oportunidad de ver las diferentes especies, claro está y confieso que ver la expresión de las morenas en el fondo del agua no fue muy amigable pero aun así era bueno conocerlas.
El mundo subacuático…. hermoso, fascinante pero merece todo respeto en todo sentido; el respeto por la flora, fauna, el hábitat de muchas especies y el auto-cuidado que debemos tener para su exploración deben estar en equilibrio.

Hoy siento gratitud con Dios por la oportunidad que apenas empieza de explorar el mundo subacuático y por haber puesto en mi camino en el momento justo un equipo muy especial que me generó la confianza y me dio ánimo para lograrlo; gracias Phanor Montoya y Juan Carlos Fierro mis instructores de buceo y clases opcionales, conmigo y mis temores tenían un gran reto, lo enfrentaron y vencieron de todo corazón muchas gracias!!! Mis compañeros Victor, y Julio gracias por estar allí siendo mi apoyo, Alejandra muchas gracias no solo por brindarme tú apoyo sino por como tú bien lo dijiste darme moral en momentos cruciales, a todo mi equipo muchas gracias, Dios les bendiga y hasta la próxima aventura….
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